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Déficit de atención en adultos.

El déficit atencional tiene relación con el funcionamiento del cerebro y cómo las personas se van adaptando a las diferentes demandas cognitivas (aprendizaje- memoria- concentración) que se les van presentando. Muchas personas con déficit atencional se acomodan bien a su realidad debido a sus propias capacidades.
Pero, un buen rendimiento en el trabajo les demanda un aporte importante de energía. Así, las personas con déficit atencional que logran adaptarse a diferentes escenarios van teniendo un desgaste diario que los puede llevar a colapsar.

De esta manera, no es raro ver profesionales exitosos de entre 30 y 40 años que se sienten muy cansados, que tienen problemas para dormir, que son dispersos y que, definitivamente, no rinden como lo hacían antes. Además, les cuesta mantenerse concentrados, tienen fallas en su memoria y se distraen fácilmente.

"Cuando esto sucede, comienza el problema: sienten que el resto rinde más que ellos, que los otros son mejores y más capaces y vienen las dificultades con la autoestima", comenta el neurólogo Dr. P. Ruedi y agrega: "lo más probable es que ellos hayan vivido toda su vida sin un diagnóstico de déficit atencional y, por lo tanto, nunca hayan sido tratados".

Si se mantiene una especie de "inquietud interna", si se siente una fuerte desorganización en su vida, si tiene dificultad para establecer prioridades, falta de habilidad para manejar el tiempo, problemas para completar los trabajos en las fechas adecuadas, y si constantemente comete errores por descuido, atención: probablemente usted sufre de déficit atencional. O quizás siempre lo ha sufrido, pero nunca fue diagnosticado. Y menos, tratado. "La característica esencial de este síndrome es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad. Esto es una condición que se manifiesta a lo largo de la vida, afectando a niños, adolescentes y adultos de todas las edades. Además, existe un fuerte componente genético en la predisposición a desarrollarlo.
En definitiva, el déficit atencional es un trastorno que se tiene desde niño y que puede pasar desapercibido por muchos años"… "Cuando esto sucede, comienza el problema: sienten que el resto rinde más que ellos, que los otros son mejores y más capaces y vienen las dificultades con la autoestima", comenta el especialista y agrega: "lo más probable es que ellos hayan vivido toda su vida sin un diagnóstico de déficit atencional y, por lo tanto, nunca hayan sido tratados".
Estas personas funcionan a través de la motivación:
van a estar bien si están contentos, si les produce placer lo que hacen. Sin embargo, si el trabajo se les hace rutinario, disminuye su interés, bajan su rendimiento y comienzan con un estrés crónico: dolor de cabeza, insomnio, dolores abdominales, cansancio, sensación de insatisfacción, y mal humor.

Dentro de este grupo, también debieran estar atentos los impulsivos o hiperactivos, ya que ambas son condiciones asociadas al déficit atencional. Por ejemplo, las personas que siempre andan apuradas, que no toleran ni las colas, o no saben esperar; los que se desesperan con la gente lenta para caminar o son impulsivos en la toma de decisiones. "Al ser hiperactivos piensan mucho, son muy creativos. El problema es que tienen muchas ideas pero la mayoría del tiempo quedan en nada, ya que concretan poco", comenta.
Los aspectos positivos de ello es que en general estas personas tienen capacidades sobresalientes. Por ejemplo, tienen una enorme facultad para percibir todo tipo de información; tienen todas las antenas puestas. Son personas muy sensibles, muy intuitivas y muy buenos líderes.
Por lo general, son exitosos si están haciendo cosas o trabajos que los estimulan. Por otra parte, tienen una gran capacidad para conceptualizar; esto significa que con poca información pueden manejar muy bien un tema. Son buenos vendedores, psicólogos, doctores, publicistas y arquitectos ya que entienden la necesidad del otro. Así son capaces de plasmar las ideas de los demás y tienen mucha empatía y percepción del resto.
Muchos adultos calificados de 'despistados', 'desordenados', 'vagos', 'irresponsables' o 'impulsivos' tienen un trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad.
Algunos pacientes son padres o madres de niños o niñas con el problema. El diagnóstico de sus hijos les hace pensar en su propia infancia y acaban dándose cuenta de que ellos mismos sufrieron un TDAH que no fue diagnosticado en su día.
Este punto de vista en cuanto a la información, diagnóstico y tratamiento es exclusivamente desde el punto de vista de las teorías llamadas cognitivo- conductuales, de las que explicaré algunos de sus principios en la próxima nota, además el tipo de tratamiento según esta teoría, vale decir que las características arriba mencionadas son explicadas desde lo observable, no toman en cuenta los estados anímicos profundos como generadores de la problemática y apuntan a diagnósticos sólo neurológicos.
Compendio de: "El Déficit de atención"- Dr. P. Ruedi. Hospital de Madrid.

Lic. Ana Zanini. MP 138.

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